Estupefacción por el hallazgo de dos ciudades perdidas que transforman la historia de la Ruta de la Seda
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Imagina el impacto de descubrir dos ciudades perdidas, ocultas durante siglos en las remotas montañas de Uzbekistán. ¿Cómo lograron estas antiguas civilizaciones sobrevivir en un entorno tan desolado?
Este hallazgo ha desafiado nuestras creencias sobre la Ruta de la Seda, desvelando secretos olvidados acerca de la vida urbana en condiciones extremas. En este artículo, te contamos todos los detalles sobre este fascinante descubrimiento.
Dos ciudades medievales en la Ruta de la Seda descubiertas en Uzbekistán
El reciente hallazgo de dos antiguas ciudades medievales ha dejado a la comunidad arqueológica asombrada. Estas urbes, situadas en las remotas montañas de Uzbekistán, desafían todo lo que se sabía sobre la vida en la Ruta de la Seda, desvelando una historia olvidada que podría reescribir nuestro entendimiento de la urbanización en la región.
El descubrimiento fue posible gracias a la innovadora tecnología LiDAR, un sistema de detección que utiliza pulsos de luz láser para obtener imágenes detalladas del terreno y las estructuras ocultas. Esta técnica permitió localizar dos ciudades de más de mil años de antigüedad que, hasta hace poco, permanecían ocultas bajo las sombras del tiempo.
Localizadas a impresionantes altitudes de entre 2000 y 2200 metros sobre el nivel del mar, Tashbulak y Tugunbulak no sólo destacan por su ubicación en las alturas, sino también por las características únicas que revelan acerca de la vida urbana en condiciones extremas.
De las dos, Tugunbulak es la más grande y probablemente la más importante. Se estima que ocupaba unas 120 hectáreas, albergando estructuras permanentes y al menos cinco torres de vigilancia que muestran su carácter defensivo y estratégico. Esta ciudad servía como un nodo clave en la red comercial de la Ruta de la Seda, facilitando el paso de productos valiosos como hierro y acero.
Aunque más pequeña en comparación con Tugunbulak, Tashbulak no es menos fascinante. Este asentamiento jugaba un papel crucial como centro cultural, reflejando la diversidad religiosa de su época.
En sus alrededores, se ha encontrado uno de los cementerios musulmanes más antiguos de la región, lo que sugiere que la ciudad fue un importante punto de encuentro para las diferentes creencias y culturas que atravesaban la Ruta de la Seda.
La tecnología de LiDAR detrás del descubrimiento de estas ciudades
La tecnología LiDAR, que permitió la localización de estas ciudades, es un sistema de detección que utiliza pulsos láser para medir distancias con una precisión asombrosa. A través de este método, los arqueólogos pueden obtener imágenes detalladas del terreno, incluso en áreas cubiertas por vegetación densa o terreno irregular.
Al emitir un pulso láser hacia el suelo, el sistema LiDAR mide el tiempo que tarda el pulso en regresar después de rebotar en las superficies, permitiendo la creación de mapas tridimensionales precisos. Este avance ha sido fundamental para descubrir estructuras que antes no eran visibles ni en los mapas más detallados.
El descubrimiento de Tashbulak y Tugunbulak no sólo ofrece una visión única sobre la vida en las alturas de Asia Central, sino que también plantea nuevas preguntas sobre el papel que jugaron estas ciudades en la red de la Ruta de la Seda.